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el ritmo que nos mueve

el león

Estaba escribiendo. De pronto, por la ventana de su habitación, entró un enorme león quien brincó hacia él, arrojándolo al suelo. Le arrebató las hojas que tenía en las manos y se las tragó. Después corrió rumbo a la puerta y salió hasta que dejaron de escucharse sus pasos.

No volvió a escribir desde esa tarde. Años después, cuando le preguntaron el motivo de su renuncia, contó la historia del león y añadió que con aquellas hojas que había perdido, no tan sólo perdió esos textos, sino la posibilidad de seguir escribiendo, ya que significaba la continuidad de su obra.

5 comentarios

franco -

Precisamente, la literatura es inasible. Saludos a los dos

jos -

Sí. El dejar de escribir siempre es enigmático (o uno lo ve de esa manera). Pero siento una admiración por aquel escritor que después de tener una vida ligada a la literatura, la abandona. Admiración por el motivo, cual haya sido, porque fue tan razonable (y poderoso, por lo tanto) para hacer que un escritor abandonara su trabajo.
Aveces lo veo como una mano que cubre los ojos, o una cuerda que ata las manos, o una barrera en el canal de las ideas. Pero no creo que se deje completamente la literatura. No después de haber estado en su interior donde fuiste parte de ella y ella de ti. ¿Dejar la literatura? ¿Alguna vez la tomaste realmente?

tristana -

Era, sin lugar a dudas, el león místico. Me gusta esto de los Bartelbys y sus salidas de cerco viejo. Rulfo dejó de escribir porque se le murió su tío Celerino. Pero no creo que pueda equipararse el artificio de la escritura con el artificio de la no-escritura. Supongo que la segunda, es decir la negación de la escritura, sucede a partir del hartazgo, o del encuentro con la palabra inasible o con la historia inefable e inenarrable. A veces se deja de escribir simplemente porque te ha surgido el gusanito de la administración o la repostería. Y no está mal. pero como dijo Heminway, o algún otro cab... una vez que lo haces, no podras dejar de hacerlo, y conste que hablo de la escritura... jaja

franco -

Vaya, abajo me encontré con un texto en el que hablas del libro de Vila-Matas. Ha sido curioso. Estaré pendiente de tu blog. Te pondré en mi lista de links.

franco -

Un Bartleby más en la historia. Buen texto. Me agrada este sitio, no lo conocía. Creo que es interesante dejar de escribir, debe ser más difícil que escribir. Hace rato hice un comment en un blog acerca de este tema. Me parece más artificioso dejar de escribir que construir una novela de quinientas páginas. Dejar de escribir, rehusarse a hacerlo, es de lo más artístico.